En medio de los anuncios oficiales acerca de la distribución masiva de netbooks en las escuelas, Silvia Bacher propone reflexionar acerca del sentido de estas innovaciones en las aulas. Sostiene que la apropiación de estas herramientas pueden ser «puentes para una educación de calidad». Pero para que esto sea posible, invita a discutir el para qué de la educación en la era digital. Y luego sí, pensar cuál es la mejor estrategia para alcanzar los objetivos que se trazan. «Todos los chicos están atravesados por alguna pantalla, que no se toman vacaciones ni hacen paro. Pero la escuela es la única institución que los nuclea con el tiempo y la posibilidad de acompañarlos para fortalecer su pensamiento», apunta Bacher.
Fuente: La Capital (suplemento Educación15/5/2010)
Profesora en letras y periodista especializada en temas educativos, Bacher dirige proyectos sobre comunicación, infancia y juventud de organismos como Unesco y Unicef. Es autora además de «Tatuados por los medios» (Paidós), libro que fue distinguido en la Feria del Libro de Buenos Aires.
Rescata el valor de los docentes en este proceso de transformación en la era digital: «Tan peyorativamente se habla de los maestros como migrantes digitales, sin valorar todos el saber y el conocimiento que ellos pueden aportar», apunta Bacher, quien propone construir una escuela wiki en la cual «se evidencien la participación, el compromiso, el debate, la innovación y los conocimientos de los diversos actores de la comunidad educativa».
— ¿Cuál es su lectura sobre la incorporación masiva de computadoras en las aulas?
—Hay grandes anuncios vinculados con la distribución, desde este año, desde el Ministerio de Educación de la Nación de tres millones de computadoras para chicos y docentes. Esto llama a una primera discusión, relacionada con que sería maravilloso que ello llegara acompañado de una discusión sobre el sentido de esas tecnologías. Nadie duda que estos son espacios interesantes y apasionantes para el desarrollo de la sociedad y de los sujetos. Ahora, indudablemente no es lo mismo que una computadora llegue acompañada de un proyecto pedagógico que involucra a la comunidad educativa para que esa tecnología tenga sentido, a que llegue sola y quede al arbitrio de lo que el docente pueda hacer. Las tecnologías por sí mismas no transforman los proyectos educativos.
—Sin embargo se habla de la mejora educativa que va a traer esta incorporación.
—Pero es que no necesariamente eso está ligado a la tecnología. No porque llegue la tecnología cambia al proyecto pedagógico. La pregunta no es nueva, lo que pasa es que como la enseñanza está en una crisis tan profunda, las tecnologías pueden ser una oportunidad para volver a plantearse el sentido de la educación. Pero para eso hay que integrar a los distintos actores. Tan peyorativamente se habla de los maestros como migrantes digitales, sin valorar todo el saber y el conocimiento que ellos pueden tener, que trasciende a las tecnologías. Pero la clave es plantear el sentido de la educación. Cuando se encuentre esa respuesta entonces se empezará a buscar cómo articular las pantallas, internet, la televisión, el celular y la radio. Ahí sí las tecnologías de la información y de la comunicación pueden realmente ser una oportunidad de transformación.
—La escuela se desgastó tratando de hacerse entretenida para competir con los formatos televisivos ¿Cómo le fue en ese proceso?
—La escuela lo primero que hizo fue trabar la puerta para que los medios no entraran, derrochando energía que le hacía perder su sentido, y sin poder anticipar que iban a entrar a igual. Después empezaron otras actitudes, a usar la tele pero sin una mirada crítica, aunque muchas experiencias lograron producir conocimientos para comprender la lógica mediática, para fortalecer el derecho a la comunicación y la libertad de expresión. Pero la responsabilidad es del Estado, en no haber dado formación docente adecuada. Esto fue desgastando y minando al maestro, incluso ante la mirada social.
Educar en la mirada
El relato que construyen los medios sobre la escuela y los adolescentes es otro de los temas abordados por la periodista en temas educativos. Propone ante esto «educar en la mirada», que implica «comprender cómo se construyen las noticias, qué dejan afuera y cómo se hacen cargo o no de lo que dicen».
Como miembro de la asociación Civil «Las otras voces», señala además la importancia de incorporar las voces de la infancia y de los jóvenes en las noticias. Cita al respecto un informe de Periodismo Social, donde se advierte que sólo en un 4,1 por ciento de las notas vinculadas con la infancia y la juventud menciona como fuente las voces de los chicos.
«Muchas veces prejuiciosamente los medios construyen estereotipos sobre los niños y jóvenes, y lo peor es que ellos los incorporan y se visualizan como responsables de todo lo que les pasa, y desde allí no pueden modificar nada», sostiene.
—¿Es posible desde la escuela desarmar ese relato estigmatizante?
—Allí la escuela tiene una oportunidad impresionante. Todos los chicos están atravesados por alguna pantalla, que no se toma vacaciones ni hace paro. Pero la escuela es la única institución hasta el día de hoy que nuclea a un alto porcentaje de chicos en un lugar, con el tiempo y la posibilidad de acompañarlos para fortalecer su pensamiento. Pero para eso hay que escucharlos, porque así como los medios no los escuchan, muchas veces la escuela tampoco. Y ahí es donde un puede mostrar un modelo distinto, sino quedamos engranpados en la lógica mediática que mira a los chicos más como consumidores que como sujetos de derecho.
Una escuela wiki
En su libro «Tatuados por los medios», Bacher invita a pensar a la apropiación de las tecnologías en el marco de proyectos institucionales, para que se conviertan en «puentes para una educación de calidad». De allí surge su intención de crear un sistema educativo wiki (modelo colaborativo de construcción propio de la web), «en el cual cada docente, cada estudiante, cada escuela, busque vías para contrastar saberes, compartir prácticas e intercambiar perspectivas con múltiples personas e instituciones».
«La escuela wiki —destaca Bacher— es entender que la responsabilidad del sistema público es de todos, y por eso es necesario avanzar desde un diseño colaborativo».